El encuentro II
-¿Por qué yo?.- Pregunté
intrigado mirándola fijamente.- O tal vez no haya sido tu única
elección.
- Eso no lo sabrás- Dijo
sonriendo mientras acercaba el té elegantemente a los labios cuya
marca quedarian impresos en la taza .-Pero te diré que te vi
llegar..., que vas en la misma dirección que yo..., que viajas
solo... y que me pareciste interesante.
-O sea, todo un acto de
premeditación....
-¡Oh,
oui!...Y alevosía.- Concluyo
Juliette. Ambos estallamos en una carcajada.
Llevaba un vestido de una
tela que parecía liviana y suave (nunca fui muy ducho en tales
aspectos por lo que omitiría la afirmación certera de si era hilo o
gasa). Poseía un estampado florar de vivos colores y se ceñía a su
cintura por un cinto ancho y marrón que hacia de su silueta un
circuito de trazado peligroso. El pelo de un moreno azulado se posaba
estudiado sobre unos hombros desnudos cuya piel se antojada mimada
por el sol estival. Tenía una voz digna de las sirenas homéricas
que apresaron los sentidos a Ulices (o así me parecía). Su leve
deje galo y la concupiscencia de sus labios rojos despertaban mis
instintos. Su cuerpo era armónico, su pecho no muy grande y bien
formado, sus piernas largas y contoneadas...un lugar donde pecar.
Pasado un rato fuimos al
coche y me dispuse a llenar el depósito antes de continuar trayecto.
Juliette se sentó junto a mí en el lado del copiloto. Metí la
manguera del surtidor y desde el parabrisas la imagen me deshizo. El
vestido de Juliette se subió levemente a sentarse y casi podía ver
el final de sus muslos . Ella me guiñó el ojo derecho y separó
sutilmente sus piernas. Al principio me puse nervioso pero rápido me
adapte la situación. Mire fijamente lo que parecía ser un tanga
negro. Me sentí excitado, creo que se me notó y no hice nada por
evitarlo.
Continuamos nuestra camino
y a cada cambio de marcha mi mano chocaba sin complejos contra sus
piernas. La conversación cada vez más incoherente fue dando lugar
una serie de insinuaciones verbales que culminaron cuando ella puso
su mano sobre mi muslo y mi mano correspondió de la misma manera.
Conduje durante unos
kilómetros hasta llegar a un área de servicio. Salí de la
autopista y procuré llegar a una zona tranquila. Paré, en lo que
supuso una maniobra rápida. Nos quitamos los cinturones de seguridad
y no hubo lugar para mas palabras. Mi cuerpo se abalanzo sobre ella
como si de un tsunami se tratase. Llevado por la pasión y el deseo
mi boca busco sus labios, besándolos, mordisqueandolos y
chupándolos. Nuestras lenguas jugaban entre si. Mi mano buceó por
la cara interna de sus muslos buscando su sexo. Estaba húmeda y eso
me excitó aun más. Pude notar su estremecimiento cuando metí mis
dedos dentro de ella.
Mi polla estaba dura, muy
dura y Juliette me la agarraba por encima del pantalón. Inclinó
todo el respaldo de su asiento y se escabulló hacia la parte trasera
de vehículo. Desabroché mis pantalones mientras ella se deshacía
de su tanga lanzandolo al asiento de piloto.
No sé cómo, volví a
estar sobre ella agarrándole los pechos por debajo del sujetador que
torpemente desabroche. Sus pezones estaban duros como piedras y sus
tetas eran duras y firmes. Me empujó y caí sentado sobre el
asiento. En unos movimientos ágiles ella se inclinó hacia mi y
agarrándomela con fuerza se la metió en la boca. Fue espectacular
sentir su garganta húmeda y caliente. Su lengua se entregaba con
oficio a la mamada. Me quería morir de placer. Agarre de su pelo y
apreté su cara contra mi miembro. Conseguí metersela entera en su
garganta. Luego comenzó a besarme por el cuello y mientras tomaba
mis manos disponiéndolas sobre su trasero.
Interrumpí aquel momento
un segundo para sacar de guantera un preservativo que siempre llevo
por si a caso. Ella lo tomo entre sus manos lo abrió y con
delicadeza pasó a ponérmelo. Su cara era pura lascivia.
Se sentó sobre mi,
metiéndosela hasta el fondo y comenzó a moverse. Sus movimientos de
cadera eran exactos y precisos. Jugaba con la intensidad. Yo me
escurría en entre sus muslos y me hundía en el asiento. La
sensación era indescriptible. Sus jadeos eran un canto en mis oídos.
Podía sentir cada vez que se corría y quedaba extasiado cada vez
que elevaba sus brazos y tocaba el techo de mi coche....parecía
arañarlo.
Los espasmos de su sexo
oprimiendo al mio configuraba una sensación maravillosa. Me corrí
como dominado por el diablo mientras apresaba su culo con fuerza
contra mi. Creo, que nos corrimos juntos. No sé cuanto duró pero
acabamos abrazados, sudorosos y completamente agotados.
Así sería mi primer
encuentro con Juliette.
Bienvenidos a este su
mundo.
Oh oh!!!! Que vicio!!! A la espera de la proxima entrega. Estoy deseando leerla. Me parece que juliette le queda mucho por ofrecer. ♥ ;-)
ResponderEliminar(La rubi)
ummmm,no suelo parar el coche a nadie desconocido pero.........a Juliette.....la hubiera llevado a su destino aunque tubiera que dar un rodeo para llegar al mio
ResponderEliminarMENUDO ENCUENTRO,,,, REALMENTE MUY EXCITANTE...
ResponderEliminarUN BESAZO JULIETTE!!!
J'ai adoré cette petite histoire! Toujours aussi bien écrit! :)
ResponderEliminarBisous