Bajos los techos de madera
pintada y finos acabados en oro, rodeado de los frescos que decoran
sus toscas paredes, el Palacio de Ceccano, actual biblioteca pública
de Avignon ,es un centro histórico en la ciudad y uno de los
archivos mas importantes de Francia.
Me encontraba preparando un trabajo de la Universidad para subir la nota de semestre que había quedado un poco corta para mi exigencia. Era un trabajo sobre la Historia de Avignon por lo que decidí ir Palacio para no caer en la pereza sumergirme en Internet y rescatar los datos en Wikipedia. Rodeada de libros y códices de aburrida lectura pasaba la tarde sin mas expectativas.
Un libro me llevaba a otro
en un bucle sin fin. Era un laberinto de asignaturas y de consultas.
El ordenador situado justo a la derecha del mostrador, donde una
bibliotecaria con unas gafas de gruesos cristales sellaba absorta
los nuevos tomos, resultaba de lo mas útil. En un momento podía
obtener todas las referencias sobre un mismo tema. Debía seleccionar
con minuciosidad cada documento si no quería que aquel trabajo se
convirtiera en algo demasiado titánico para mi.
En un momento mi mesa de
trabajo quedó inundada de pesados libros. Montañas de ejemplares
que amenazaban con caer en cualquier instante contra el suelo
enlosado. Las estanterías me rodeaban con todo su saber expuesto en
un orden cuidado. Las mesas rectangulares con flexos adherido a
ellas eran de un nogal envejecido por los años y en ellas se podían
ver algún que otro corazón y nombre grabado de jóvenes estudiantes
enamorados.
Mi móvil silenciado no
hacia mas que vibrar en el interior de mi bolso. Mis amigas me
fastidiaban con mensajes evidenciando mi contrariedad ante el sopor
de aquella tarde que después de varias horas e infinidad de apuntes
ya tocaba a su fin. Algún día lo lanzaría contra algo o quitaría
la conexión de datos.
- ¿Perdona, tu eres Juliette, verdad?.
- Oui, c´est moi. ¿Nos conocemos?-. Pregunte enigmática y absorta ante aquella inmaculada sonrisa dueña de una facciones aun más bella.
- No, creo que no; bueno, no de manera directa pero sí, que nos hemos cruzado por algún pasillo de la facultad y compartido alguna conferencia de Turismo.
De repente aquella tarde
empezaba a tomar una connotación bien distinta. Hasta cerré mi
bolso enmudeciendo así también la vibración del teléfono.
- Mi nombre es Nathalie-. Y extendiendo su mano estrecho la mía mientras yo me incorporaba para ponerme en pie. Entonces, su rostro se me acercó propinándome tres besos en ambas mejillas.
- -Sí..., esto, y ¿qué te ha traído por aquí ?-. Acerté a preguntar.
- Lo mismo que a ti. Si no me equivoco hacemos el mismo trabajo.
- ¡Ah...bien!, Yo ya estaba terminando y casi recogiendo.
- Hace rato que también lo di por concluido...-. Interrumpió y entonces nuestras palabras chocaron.
- -Pues entonc...-. Dijimos al unísono
- Perdona, dime tú-. Repuse
- No, no tú...bueno yo..-. Reímos.- Podríamos salir de aquí y tomar un poco de aire fresco. Conozco un sitio donde hacen unas “crepes” buenísimas. ¡Me muero de hambre!.
- Me parece una estupenda ideal. Este lugar me tiene exasperada.
- Te ayudo a recoger este montón de libros-. Dijo dibujando una hermosa mueca en su rostro. Y mientras lo hacía pude ver lo bien que le quedaba el pull rojo y aquellos vaqueros desgastados y rotos de marca.
La tarde tocaba a su fin y
la ligera brisa se iba tornando gélida a esas horas. Los tacones de
Nathalie repiqueteaban contra el suelo a cada paso y la animada
conversación amenizaba el camino.
Llegamos a una plaza
rodeada de zonas de juegos para niños y arboles en la cual los
vendedores ambulantes daban la jornada por terminada recogiendo sus
enseres y viandas. En el centro de dicha glorieta había una pequeña
crepería portátil, adornada con luces navideñas, atraía aquellos
que huyendo del frío, como nosotras, se refugiaban en algo de comida
caliente al amparo de un olor que despertaba el apetito.
Nos sentamos en unas
sillas de madera dispuestas alrededor de una mesa larga . Me pedí
una de “fromage” mientras Nathalie daba buena cuenta a una
maravillosa “crepe” de Nutella.
Hablábamos, reíamos y el
tiempo se esfumaba al tiempo que desaparecían nuestras crepes.
Sentí curiosidad por
ella mas allá de la charla; era obvio. La forma en la que nos
mirábamos hablaba por si misma. Había observado como seguía con
sus ojos a las chicas que pasaban y de como me devolvía aquella
mirada picara y sonriente al ver que yo también las observaba.
Generalmente suelo ser mas discreta y a buen seguro que ella también,
pero nos posicionamos en un punto en el que dejar alguna evidencia
podía ser de lo mas útil.
Recuerdo como sus labios
se habían manchado con la crema untosa y dulce.Cogiendo ávida una
servilleta , en un acto no premeditado ni estudiado, sino reflejo,la
llevé a su boca perfilando con mis dedos el contorno de su comisura
labial. La una frente la otra. Ella, impulsivamente fue a detener mi
mano contra la suya para después inmediatamente acompañar a mis
movimientos.
- Vivo justo ahí enfrente. Se trata de un pequeño apartamento...nada sofisticado-. Dijo con una voz atenazada por sus propios nervios.- On y va?
- Allons y!. Respondí con una mirada risueña.
Nos dirigimos casi sin
mediar palabra hacia su casa. La entrada eran dos puertas grandes de
hierro forjado pintadas de negro con unos enormes cristales que
dejaban ver la antigüedad de edificio. No había ascensor y subimos
corriendo las dos plantas y el entresuelo que distaban hacia la
puerta de su apartamento. Se detuvo al llegar al umbral de su puerta,
con el pelo algo revuelto y la respiración jadeante por la carrera
acometida.
Me eché sonriente sobre
la pared para recuperar el aliento mientras Nathalie sacaba de su
bolso un manojo de llaves sujetas a un llavero metálico, con la
silueta de un Transformer que me hizo sonreir de nuevo.
Entramos.
El apartamento era un
estudio, donde todo comunicaba entre sí. A la izquierda quedaba una
pequeña cocina cuyo fondo lo formaba una enorme ventana con vistas a
la plaza y la cual se comunica por una barra americana con el salón-
comedor. El salón era amplio, luminoso, de estilo minimalista de
suelo de parqué y colores juveniles y alegre. El baño según me
pareció ver se encontraba a la derecha tras una puerta ,que bien
podría parecer un armario.
- Ponte cómoda-. Dijo desabrochándose el abrigo. Su melena cayó como una cascada sobre sus hombros. Puso música. A Nathalie le encanta baile y la música.La canción que sonaba era también una de mis favoritas “Perdus cette nuit” de B.B.Brunes.
Me quite la chaqueta
apoyándola sobre el respaldo de una silla. Tomé su mano y la atraje
hacia mí. Eramos de igual estatura, quizás ella unos centímetros
mas alta o eso me pareció. Yo andaba con zapato plano y ella no. Sus
ojos quedaron frente a los míos, marrones y abismales; te podías
perder en esa profundidad. Sus labios vibraban temblorosos
atrayendo los míos. Nuestros dedos se entrelazaban en un bucle sin
fin.
- Bésame-. Le dije decisiva. Sonó como una orden que ella acató complaciente.
Nuestras cabezas se
inclinaron hacia adelante en direcciones opuestas reduciendo la
distancia entre sí hasta sentirme golpeada por su respiración
acelerada. Abrimos nuestros labios, vivos y rojos .. suaves y
calientes como puerta de un deseo oculto y pecaminoso.
Un centímetro parecía
una distancia tortuosa. Demasiado tortuosa
Mis ojos contemplaban
aquella boca perfilada. La perfecta hidratación y voluptuosidad de
unos labios que me nombraban sin pronunciar palabra alguna . Entonces
la distancia se difuminó por un magnetismo de deseo ardiente.
Apresándonos, mordiéndonos. Mis manos se enredaron en su melena
hasta encontrar su nuca.
Consiguió zafarse de mi
retrocediendo unos pasos. Yo quedé inmóvil observándola. Su pelo
revuelto le daba un aspecto salvaje.
Me miraba con ojos de
desafío mientras seguía retrocediendo hasta casi apoyarse en la
pared. Con un gesto improvisado y sensual se quitó el suéter rojo
lanzándolo contra una de las esquinas del salón.
Sus pechos pequeños y
trémulos estaban cubiertos por un sujetador rosa que no tardó en
desparecer de mi vista. Sentí el impulso de correr hacia ella pero
el espectáculo de ver como se desnudaba resultaba de lo mas erótico,
así pues, solo pude imitar sus movimientos y desnudar mi cuerpo a
la par de ella.
Sus pantalones vaqueros,
gastados y rotos salieron no sin dificultad. Lo que provoco una
sonora carcajada ya que los míos también se resistieron, (para esto
nada como un vestido, pensé). Por fin logramos nuestro objetivo
quedando nuestro cuerpo solo cubierto de nuestros respectivos tangas.
Se acercó a un sofá
grande de tres plazas con el gesto sensual de morderse el indice. No
dejaba de mirarme con esa forma pícara que tanto dominaba. Accionó
un mecanismo y en un abrir y cerrar de ojos el sofá se transformó
en una cama. Elegante y sofisticada se tumbó sobre esta y yo sobre
ella.
Nos besamos mientras
rodeaba su cuerpo con mis brazos. Sus manos deshicieron mi peinado y
se enredaron caprichosas y violentas entre mis cabellos. Los labios
me ardían y mi cuerpo desprendía un estado febril y apasionado que
se transmitía por la piel a su cuerpo desnudo. Mi mano se introdujo
por debajo de su tanga, dejando una pegajosidad demasiado excitante
en mis dedos
La tumbé completamente,su
cuerpo me parecía en ese momento tan frágil como hermoso. Su piel
era blancura cálida y sus pezones rosados como unos labios
exultantes de excitación. Mis manos masajaron sus pechos al tiempo
que la lengua dibujaba surcos que etéreos se evaporaban sobre su
cuerpo.
Mis dientes atraparon
juguetones la cinturilla de su tanga, estirándololo cuanto de sí
daba hasta soltarlo con estrépito sobre su abdomen. Mis manos se
volvían agarrando sus nalgas delicadamente mientras mi boca buceaba
ya por las profundidades de sus muslos. Su mirada se escapaba hacia
el techo y lo recorría. Sus labios se atrapaban entre sus propios
dientes.
-Tengo un juguete si
quieres-. Dijo Nathalie con voz temblorosa.
-No me apetece nada
masculino. Ahora solo me apeteces tú.
Me atrajo hacia ella
besándome como pocas veces había sido besada. Me sentía deseada y
atrapada por aquel deseo.. Me apretaba . Sus dedos entraban y salían
de mi. Su boca actuaba sobre mi sexo ávida y perversa al ritmo del
látigo de su lengua.
Mis manos dúctiles y
precisas fueron como la de una maestra en el arte de la papiroflexia,
doblando y desdoblando su placer a la satisfacción de mi goce..
Pasamos toda la noche
juntas y hoy pasado el tiempo, revivimos aquella noche siempre que el
placer nos llame o cuando nos apetece sin necesidad de una excusa.
Así fue como conocí a Nathalie, y esta tarde, calurosa de casi
verano, he querido contártelo.
GUÁRDAME EL SECRETO!!
Superbe histoire, toujours aussi sensuelle, voire même plus que d'habitude je trouve. C'est toujours un plaisir de te lire.
ResponderEliminarGros bisous
Coucou!
EliminarJe suis hereuse de te lire. Gros bisous et à bientôt!
En la cercanía de algunas personas surge una chispa con la que se incendia el deseo... y la pasión.
ResponderEliminarSólo es necesario estar suficientemente cerca...
(Supongo que habrás subido la nota de esa asignatura, ¿no?)
Aunque un poco rebelde, siempre fui buena estudiante.
Eliminar¿Chispa?Acércate un poco y salimos volando!
Juliette!!!! Mira que me acuerdo del dia aue te conoci. Estabas tan bella en aquella biblioteca. No abria descrito mejor el encuentro. Esta noche cuando te vea te dare un" achuchon"!!! POR RECORDARME ESTOS MOMENTOS TAN AGRADABLES DE MI VIDA. Me gusto muchisimo leer este relato y poder recordar como si de una pelicula se tratata todo lo ocurrido. Que sepas aue te quiero un monton "july" . Y que pase lo que pase en nuestras vidas njnca te olvidare.
ResponderEliminarCierto que me has dado un buen achuchon.Déjate que nos veamos de nuevo que te vas a enterar!
EliminarTE GUARDARÉ EL SECRETO, DEL INICIO DE ESTA GRAN AMISTAD.
ResponderEliminarUN ENCUENTRO MUY ARDIENTE, :)
UN BESAZO JULIETTE!!!
Una amistad grabada a fuego, Lord...
EliminarMais quel cul magnifique :-)
ResponderEliminarOps!! Merci beucoup!
EliminarEsa si es una forma de empezar una amistad.
ResponderEliminar;)
Besos.
Te guardo este secreto y los proximos...
Cuando quieras y coincidamos, te cuento otro.
EliminarUn besazo Kraff30
muy cálidas ambas.... lastima que no quisieran nada masculino ese día jiji
ResponderEliminarAquel día no necesitábamos más. En otras ocasiones, la situación cambia ;)
EliminarDespues de leer todo el blog "a una mano" solo puedo decir que son historias magnificas y terriblemente excitantes, en cualquier caso, espero que nos "encontremos" otra vez y te comento con mas detalle
ResponderEliminarUn besazo femmederouge
Será un placer. El mismo que leer este comentario.Bisous!
EliminarBuena canción, Lady. Aunque no podías ser de otra manera si está firmada por B.B. ;)
ResponderEliminarPerdidos esa afortunada noche, sí… ¡esa es la noche! (y no la de de aquel día)
Yo es que cuando asocio perdición y noche, no puedo por menos que esbozar una alevosa sonrisa. Ud. seguro que me entiende…
Por lo demás, un relato delicioso, comme d'habitude.
Ma… demoiselle, mi… beso.
No sabía Milord que le gustasen los BBBrunes...
EliminarMuy excitante y sensual. Me sentía cual voyeur observando desde un rincón de la habitación viendo tan sensual espectáculo de dos hermosas mujeres.
ResponderEliminarLas fotos increíbles, como siempre y esa visión del hermoso culo de Nathalie enfunda en esos tejanos... impresionante
Pues si lo lamieras como hace juliette te mueres !! Me gustaria saver que es lo que escribirias si vieras lo que hai debajo de ese jeans arapadito que tanto te gusta. Bisous .
ResponderEliminarCréeme, si viera lo que hay debajo, lo último en lo que pensaría es en escribir. Ya sabes, cuando quieras puedes comprobar quien de los dos lo lame mejor.
EliminarUn beso Nathalie
Nathalie...estás jugando con fuego,jejeje
Eliminarteneis que ser un poema en tanga y excitadas ......mmmm mucho morbo ....como me encanta la foto en la que te estiras la braguita juliette.. jajajajaja
ResponderEliminarbesos a las dos
sidg