No era exuberante ni altísima. Yo diría que 1,68 o así..., de ojos claros, piel cálida, pelo moreno y un maquillaje suave y discreto. Llevaba un maravilloso vestido negro ajustado de tal manera que acentuaba sus curvas. Paradójicamente, también iba yo de negro ese día.
Todo estaba ya dispuesto...pero retomemos la historia y vayamos al principio.
Desde hacía poco tiempo había tomado nuevo puesto en el hotel. Ahora me ocupaba de la administración y distribución de las tareas del personal. Mucho ordenador, demasiado papeleo y no menos reuniones. Lo que suponía un mejor sueldo y muchas responsabilidades. No poseía un teléfono, más bien, disponía de un problema conectado 24horas. El cual no podía quedar fuera de cobertura y por supuesto sin batería.
Como digo todo estaba dispuesto. Llevaba días organizando aquel evento. Se había congregado para aquella ocasión numerosos medios de comunicación de diferentes ámbitos, prensa escrita, digital, cadenas de tv, etc… y ya no solo Francia sino que también de varios países interesados en aquella rueda de prensa.
Se trataba de la presentación de una película. Una película de esas de gran presupuesto y “glamour”. Permitidme la licencia de omitir el título pero no obstante dejadme que os cuente…
El film era una producción francesa y os diré que en los títulos de crédito aparecían los actores más conocidos y notables del momento. La protagonista principal era una actriz de aquí que su popularidad le había llevado a trabajar ya en diferentes países, y hasta incluso en Hollywood.
Todo presagiaba una oportunidad magnífica para colocar el nombre de nuestro establecimiento entre los más selectos de la ciudad y dar a nuestra marca un signo de distinción. Por tanto, el que todo fuese bien, dependía en buena manera de mi gestión.
Atendimos las peticiones de los medios para que pudieran trabajar con suma comodidad. Habilitando una sala contigua a la sala de congresos para intentar que todos dispusieran de cuanto necesitaran. No cabe decir que atendimos peticiones, a veces un tanto caprichosas y maniáticas de las estrellas.
Bueno, que no quiero aburriros con detalles para vosotros quizás un tanto irrelevantes. Pero cuando les hicimos la bienvenida en el hotel y vi a la protagonista de la película que entraba con el director del brazo, quedé petrificada.
Me la presentaron y una amplia sonrisa le iluminó el rostro. Un extraño escalofrío me recorrió la piel. Dejé cuanto estaba haciendo y al girarme para saludarles patiné estrepitosamente dándome de bruces sobre el suelo reluciente. Ella se agachó levemente y me tendió la mano para ayudarme soltando el brazo de director.
- Lo siento, soy un poco patosa-. Dije con una sonrisa nerviosa y muerta de vergüenza. No sabía dónde meterme. Y mientras me ayudaba a levantar me susurró al oído.- Tranquila, a mí me ha pasado en algún pase de moda y te aseguro que es mucho peor. Ahora se había ampliado su sonrisa mostrándome sus dientes blancos como la nieve.
Así fue nuestro encuentro y ya no la volví a ver más aquella tarde. Bueno… sí que la vi, pero fue un poco antes de la rueda de prensa.
En la sala de exposiciones y congresos tenemos dispuestos dos baños que se encuentra ocultos del paso de periodista o curiosos. Pues bien, yo entré en el de señoras para comprobar que no faltaba nada y me encontré con ella que se retocaba un poco el maquillaje.
- Oh!, perdóneme…solo pasaba por si faltaba algo.
- Si, falta sí…Algo de compañía. ¿Recuperada de la caída?-. Dijo guiñándome un ojo.- Siempre le dijo a las maquilladoras que no excedan con el lápiz de ojos…es por eso que prefiero corregírmelo yo.
- Si, gracias-. Dije agachando levemente la cabeza ocultando mi vergüenza y añadí.-Yo la veo guapísima.
- Yo también te encuentro muy… muy guapa-. Me dijo enfatizando aquel adjetivo.- Y tutéame por favor.
- No sé si sabré…
- Claro que sabrás…-.Dijo interrumpiendo mis palabras. – Un segundo… ¿te importa si te doy un poco de sombra en los ojos?....-. No supe que decir, quedé muda y para cuando me di cuenta, su mano la tenía en mi rostro. Una mano tibia, suave y confortable.
- Ves…mírate, estas preciosa. Una cara digna de una estrella-. Y estampándome un tenue prolongado beso en los labios comentó-. Espero verte en la rueda de prensa. Me traerás suerte. Odio a esos periodistas!..
Me coloqué justo al fondo en un rincón de aquella sala cuando la rueda de prensa ya había comenzado. Me puse oculta detrás de los focos cuando la antorcha de una cámara ilumino mi rostro delatando mi posición. De repente mi nueva amiga me localizo entre el tumulto y una enorme sonrisa se dibujo entre los flashes de las cámaras. Me sentí alagada y también excitada ante aquella sonrisa y sin darme cuenta, un guiño acompañado de un beso surco la sala como un dardo.
Todo transcurrió como se esperaba. Mi teléfono se llenó de mensajes de la dirección de la empresa y las entidades colaboradoras. Hubo que solventar algún problema de última hora pero en general fue fabuloso.
Al llegar a mi despacho recibí una notificación. Me habían hecho llamar a una habitación de un cliente. Por el número de dicha habitación imaginé quien podría ser. Por lo que acudí encantada.
Llamé a la puerta y escuche que me decía a grito.
- Sí, pasa y cierra por favor. ¿Tienes la llave maestra, verdad?
Así lo hice.
- Estoy en el baño ya salgo-. Dijo ya en tono más suave
La puerta del baño estaba entre abierta. Y pude ver cómo salía completamente desnuda de la ducha. Su cuerpo era perfecto. Me puse roja como el color del vino que descansaba junto a la mesa de entrada.
Se cubrió con una toalla entorno a su cuerpo y se acercó a mí. Imagino que pudo ver la excitación en mis pómulos enrojecidos y en mis ojos.
- Tengo que arreglarme para la fiesta…pero me preguntaba si deseabas verme tanto como yo a ti-. La batalla estaba ganada. Ella lo sabía y yo también. Entre nosotras esas cosas se saben.
Lo siguiente fue que tomó mi mano y que nos besamos apasionadamente mientras una toalla caía al suelo descubriendo su desnudezSus manos bajaron la cremallera de mi vestido y este se deslizó decididamente hacia el suelo enmoquetado. Sus labios eran suaves y voluptuosos tanto como sus senos que se estrujaban contra los míos. Su lengua vivaz y jugosa sondeaba el relieve de mis labios.
Mis manos se aferraron a su a su cuello y a su espalda aun mojada.
Con la fuerza de sus brazos me achuchó contra su cuerpo. Brazos que rodeaban mi cintura. Que quemaban mi piel tan desnuda como la de ella. Su mano bajo sin reproches hacia mi trasero sorteando mi ropa interior y agarrándomelo con fuerza. Un suspiro emergió de mis labios que presa de los suyos apenas se hizo audible. Su mano continuó bajando hasta encontrarse con mi sexo ya inquieto y deseoso. Separó mis labios e introdujo un dedo como de avanzadilla dejando paso a otro.
Mi excitación, ya desbordada quería más y más.
Descendí hasta sus pechos. Sus senos calientes y duros se encontraron con mi boca y mi lengua. Sus pezones estaban afilados y erectos colándose juguetones entre mis labios.
Sin saber cómo, acabamos sobre la enorme cama. Yo quede tumbada bajo sus muslos y sus piernas y ella dispuesta a horcajadas sobre mi y con sutileza se deshizo de mi culotte.
Elevó mi pierna derecha sobre sus hombros mientras su legua la pasaba por el dorso de mi pie. Colocó entonces su sexo sobre el mío comenzó a flotarlo con movimientos rítmicos y acompasados de su pelvis.
Estábamos muy mojadas las dos. Se llevó la mano a su sexo e introdujo varios dedos. Dedos que mientras la penetraban rozaban mi clítoris proporcionándome un placer indescriptible.
Cuando los sacó los llevó a mi boca, relamiéndolos y chupándolos con ganas. Los orgasmos iban de manera continuada.
Mis manos agarraron con fuerza las sabanas sacándolas de los bordes y las esquinas del colchón en el momento que su legua reparó en mí y en mi clítoris.
Sus dedos entraban y salían de mí mientras ella se masturbaba. Me tenía tumbada, perdida, rendida a su persona….
Deje de agarrar la sabanas para agárrame los pechos y estrujarlos. Para agarrar sus pechos operados y estrujárselos…
Llegaba al final….me temblaba el cuerpo, las piernas y me ardían la entrañas. Pare su legua y sus manos pero impedí que sacara sus dedos de mí estrujando sus muñecas entre mis mulos.
La miré y vi como pasaba su lengua por los labios y perdía la vista en aquel techo alto e infinito. Lentamente y como a cámara lenta su cuerpo se desplomada exhausto junto a mío.